La increíble prótesis se encuentra aun en fase experimental.

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Hace 20 años Allen Zderad, oriundo de Minnesota, Estados Unidos, comenzó a tener serios problemas de visión debido a un caso de retinitis pigmentaria, una enfermedad ocular degenerativa hereditaria que afecta a la retina. Por el momento no existe un tratamiento efectivo para revertir la enfermedad, por lo que Zderad tuvo que dejar su empleo en la compañía manufacturera 3M hace diez años, cuando perdió la capacidad de ver por completo. Desde entonces, el hombre ha tenido que contentarse con una nueva vocación profesional como carpintero, debido a que desarrolló su sentido del tacto, pero no pudo volver a ver a Carmen, su esposa, ni conoció la apariencia de sus nietos.

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Uno de los nietos de Zderad heredó la enfermedad de su abuelo, por lo que inició un tratamiento en la clínica Mayo. Ahí, el oftalmólogo Raymond Iezzi Jr. comenzó a atenderlo. El doctor se encontraba probando un nuevo tratamiento, conocido como Argus II, el cual consiste en una prótesis ocular biónica, cuando se enteró de la condición de Allen Zderad. Iezzi Jr. decidió probar el alcance del invento con el ahora casi septuagenario hombre, quien es apenas la decimoquinta persona en probar el dispositivo. El tratamiento experimental usa al ojo biónico para enviar señales de ondas de luz directamente al nervio óptico, sin tener que pasar por la retina dañada. Un chip diminuto incrustado en el ojo derecho, implantado quirúrgicamente a Zderad en enero, se encarga de recibir las ondas, posibilitando ver al paciente.

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Gracias al invento, Zderad pudo volver a ver parcialmente, debido a que pudo distinguir formas humanas y los contornos de los objetos, marcos de puertas, sillas y mesas. Incluso vio su propio reflejo en una ventana. La primera reacción del hombre fue abalanzarse a agarrar las manos de su esposa, mientras rompió a llorar cuando la distinguió. Cuando los médicos le preguntaron cómo pudo reconocer a Carmen, a lo que Zderad respondió: “fue fácil, ella era la más bella en la habitación.”

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El doctor Iezzi Jr. sostiene que aun es muy pronto para poder afirmar que el Argus II es un tratamiento exitoso, por lo que seguirán ajustando su uso y dando terapia a Zderad  para mejorar su uso. Sin embargo, el ojo biónico no es perfecto, debido a que no le permite ver claramente un rostro, sólo contornos, ni le permitirá leer. Aun así, con práctica, Zderad logrará tener mayor autonomía sin necesidad de utilizar un bastón o un perro guía.

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NGuerrero