Según recogen en SamMobile, parece que los nuevos Samsung Galaxy S6 y Samsung Galaxy S6 Edge carecerán de una característica que sí posee el actual Samsung Galaxy S5.
Hablamos de la resistencia al agua, pues como sabéis, la quinta generación de Samsung Galaxy S es capaz de soportar sumersión en agua hasta un metro, y durante 30 minutos. Así lo certifica su protocolo IP67, que según estos rumores, no encontraremos en la nueva generación del tope de gama surcoreano. ¿Y a qué se debe esto? Pues según la misma fuente, serviría para reducir el coste de producción de Samsung Galaxy S6 y S6 Edge, y a su vez, reservaría esta impermeabilidad para otro terminal.
Y ese no sería otro que el Samsung Galaxy S6 Active, el, en teoría, próximo smartphone todoterreno de la compañía, y que conseguiría así la exclusividad en cuanto a resistencia, siendo su característica más diferenciadora. Esto podría ser la prueba de que las ventas del Samsung Galaxy S5 Active no han sido demasiado elevadas, seguramente por el hecho de tener como rival al propio Samsung Galaxy S5.
Lógicamente, el Samsung Galaxy S6 Active llegaría con un certificado elevado de resistencia, así como con una mayor protección por todo su cuerpo, con algún tipo de refuerzo o carcasa especial, tal y como vemos en el citado Samsung Galaxy S5 Active:
Este tipo de versiones siempre son interesantes, sobre todo para aquellos usuarios que ya sea por trabajo o por cualquier otro motivo, tienen bastantes posibilidades de maltratar a su smartphone. Lo ideal sería el poder tener un teléfono resistente, pero sin perder las características de tope de gama, aunque lógicamente, esto se vería reflejado en el precio final. Sin embargo, la pérdida de esta resistencia al agua en el modelo “normal” puede no gustar demasiado a muchos usuarios, por lo que esta estrategia también podría ser un arma de doble filo para Samsung.