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Después de más de una década de escribir código, he desarrollado un proceso que no solo facilita la escritura de código, sino que asegura que sea de calidad. Estos tres pasos sencillos son una guía que desearía haber conocido antes.
1. Haz que Funcione
El primer paso es fundamental: el código debe funcionar. Un código que no compila es inútil, al igual que uno que no cumple su propósito. En lugar de obsesionarse con la perfección desde el inicio, el objetivo principal debe ser lograr que el código funcione. Muchos ingenieros se pierden en hacer las cosas «correctamente» desde el principio, pero la corrección debe ser el siguiente paso, no el primero.
Para mantenerme enfocado en hacer que las cosas funcionen, suelo hacer una lista de tareas pendientes mientras codifico. Por ejemplo, si debo mover un fragmento de código a un método auxiliar o convertir una cadena codificada en una constante, lo anoto. Esta lista me ayuda a evitar distracciones y a no caer en «misiones secundarias» mientras trabajo en la tarea principal.
Aunque pueda parecer sencillo, una tarea «simple» puede fácilmente multiplicarse en varias más. Es común avanzar en la refactorización y reestructuración del código en nombre de una pequeña tarea. Sin embargo, lo importante es mantener el enfoque en hacer que el código funcione primero; los ajustes vendrán después.
2. Hazlo Bien
Una vez que el código funciona, es momento de asegurarse de que lo haga correctamente. Esto implica escribir pruebas que garanticen que el código funcione no solo en el caso ideal, sino también en situaciones extremas. Este paso se centra en la corrección del código y en la gestión adecuada de todos los casos posibles.
Una herramienta muy útil en esta fase es la prueba de mutación. Esta técnica mide la calidad de tus pruebas modificando pequeñas partes del código y verificando si las pruebas fallan adecuadamente. Por ejemplo, puede cambiar una condición en tu código para ver si tus pruebas lo detectan. Si no es así, es necesario añadir casos de prueba adicionales para asegurar que cubran todas las posibles mutaciones. Aunque eliminar mutaciones puede ser tedioso, es crucial para garantizar la efectividad de tus pruebas.
3. Límpialo
Con el código funcionando correctamente y bien probado, el último paso es limpiarlo. Ahora que tienes pruebas sólidas, puedes refactorizar con confianza sin temor a romper el comportamiento existente. Este es el momento de revisar la lista de tareas pendientes que hiciste en el primer paso.
Envuelve bloques de código duplicados en métodos, renombra variables para mayor claridad y organiza la lógica en archivos de utilidad. Marca cada tarea de la lista mientras refactorizas, y asegúrate de ejecutar las pruebas con frecuencia. Cuanto antes detectes un error, más rápido podrás corregirlo y mantener el código en buen estado.
Estos tres pasos simples han sido clave para escribir código de manera efectiva. Espero que también te sean útiles y te ayuden a mejorar tu proceso de desarrollo.
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